ORÁCULO

QUE ES UN ORÁCULO?


Del latín oracŭlum, el oráculo es una respuesta divina que llega a las personas a través de los sacerdotes u otros ministros. Dicha respuesta incluso puede reflejarse mediante señales físicas o símbolos que son interpretados por los especialistas.

Se conoce como oráculo también al lugar donde se realiza este tipo de consultas y se recibe la respuesta. Los griegos contaban con numerosos oráculos que eran visitados y consultados por los dirigentes para tomar las decisiones más importantes. Dicha tradición griega continuó en la época romana.

El Oráculo de Delfos, situado junto al monte Parnaso, fue uno de los más importantes de la antigüedad. El lugar, consagrado al dios Apolo, era considerado como el ombligo del mundo; por eso presenta una piedra esculpida denominada onfalio (“ombligo”).

No obstante, aunque el de Delfos es quizás el oráculo más conocido de cuantos existieron en la antigüedad tampoco podemos pasar por alto otros de gran calado y valor. Este sería el caso, por ejemplo, del Oráculo de Olimpia que era un templo donde se le rendían honores a Zeus.

De la misma forma, también está el Oráculo de Dodona que está considerado el segundo más importante después del de Delfos. En la zona de los montes Pindo es donde se encontraba situado aquel que estaba dedicado tanto a Zeus como a Dione, la Diosa Madre.

No obstante, además de lo expuesto, no hay que olvidar que no sólo los griegos contaron con oráculos sino también otras culturas y civilizaciones. Así, por ejemplo, en el caso de Egipto uno de los más importantes fue el de Siwa, que estaba erigido en honor al dios Amón-Ra y que tiene el privilegio de haber sido utilizado por ilustres personajes como Alejandro Magno.

En el caso de los romanos, además de los que habían heredado de los griegos, merece la pena destacar aquellos otros que fueron puestos en pie. Entre los mismos se encuentra, por ejemplo, el de Sibila de Cumas.

Fenicios y hebreos también tuvieron sus propios oráculos y lo mismo sucede de manera mucho más frecuente con los yoruba, que son un pueblo africano. En concreto, la evolución de estos ha propiciado que se tengan diversos instrumentos para conseguir obtener información del oráculo: cocos, semillas de kola o caracoles.

La pitonisa era la encargada de interceder entre los hombres y las divinidades. Algunos oráculos tenían más de una pitonisa para atender las numerosas consultas de las personas. Las pitonisas eran mujeres de conducta intachable que, una vez nombradas, se quedaban a vivir en el oráculo y ostentaban su cargo de manera vitalicia.